La banda sonora de Siete Novias para Siete Hermanos se debe a Gene de Paul, Saul Chaplin, Adolph Deutsch y Johnny Mercer. Sus canciones se integran tan bien en el argumento que resultan una prolongación de los diálogos. Pero quizás la escena más recordada de este filme sea la del baile del granero por su fuerza y vitalidad. En ella destacan las danzas de los hermanos y el resto de pretendientes de las chicas en las que realizan pasos y acrobacias retándose unos a otros.
En esta ocasión se quedan fuera Adam, el hermano mayor, y Benjamín Pontipee, interpretado por Jeff Richards. Éste había sido jugador de béisbol antes de ser actor y no tenía la misma formación en danza que sus compañeros, por lo que apenas participa en la escena.
Con Russ Tamblyn sucedía algo parecido, pues era más gimnasta que bailarín, aunque nadie lo diría porque la danza se le da estupendamente. Tenía solo 19 años cuando se inició el rodaje y desborda energía con sus movimientos y saltos mortales. Años más tarde, en 1961, interpretaría también otro personaje muy recordado: el líder de los Jets en West Side Story. Su filmografía es muy extensa y hoy en día continúa trabajando como actor.
Tommy Rall tenía una técnica excelente. Bailarín de claqué, ballet y danza acrobática, se dedicó además a cantar como tenor en diferentes óperas. Su carrera como bailarín se desvaneció a la vez que lo hizo el género musical, pero nos ha dejado estupendas interpretaciones en coreografías de Bob Fosse o de Gene Kelly. Aquí le vemos en Invitación a la Danza (1956):
No le ocurrió lo mismo a Matt Mattox. Discípulo de Jack Cole, fue uno de los maestros más influyentes en el mundo de la danza jazz en América y Europa al crear un estilo propio al que él llamaba “freestyle dancing”, ya que su idea era que todas las formas de bailar son válidas para expresar. Poseía una formación de danza clásica, pero sus ejercicios se basaban sobre todo en la disociación de las diferentes partes del cuerpo.
Marc Platt (también llamado Platoff) y Jacques D’Amboise fueron bailarines de ballet. El primero bailó coreografías de Mikhail Fokine, Léonide Massine y Frederick Ashton. Formó parte del Ballet Russe de Montecarlo antes de dedicarse al cine como intérprete y de dirigir más tarde el Ballet del Radio City Music Hall. Jacques D’Amboise fue primer bailarín del New York City Ballet y discípulo de George Balanchine. Participó no solo en películas sino también en espectáculos de Broadway. Ha sido profesor y coreógrafo, y fundador del National Dance Institute, del que sigue siendo director.
Michael Kidd, en su empeño de integrar la danza en el argumento, hizo una fantástica coreografía llena de energía y vitalidad. Para él era impensable que unos rudos vaqueros, unos “bootmen”, se pusieran a bailar tal y como se venía haciendo hasta entonces en los musicales. Su idea fue más que acertada. La fuerza de la coreografía, las canciones, el uso de los colores, la vivacidad de las imágenes y la alegría que desprende la película hacen que la cita sea obligatoria.
Ya sabéis: mañana jueves 6 de noviembre en Cines Palafox de Zaragoza a las 21:00h. Ahí nos vemos.