“Coreografía” es el arte de describir, organizar y fijar movimientos en el espacio. Este arte de saber crear estructuras de movimientos no se emplea sólo en la danza, sino también en otras disciplinas como la gimnasia o el patinaje, en desfiles, en el teatro o en el cine, sobre todo en películas del género de acción. Existe una especialidad teatral, el Stage Combat, que permite a actores y bailarines aprender la técnica de combate de forma que pueden representar una lucha aparente sin que nadie salga dañado.
El combate simulado es tan antiguo como las danzas guerreras. Los griegos lo incluían en el teatro, los romanos escenificaban luchas de gladiadores, y durante la Edad Media se organizaban torneos medievales. Desde hace siglos la lucha estilizada formaba también parte de los espectáculos teatrales de las culturas orientales, como la japonesa, la china, o la india.
En Europa, durante la época isabelina (1558-1625), las luchas en los escenarios eran frecuentes.. William Shakespeare incluía en sus obras escenas de duelos y peleas, lo cual hacía aun más interesante la acción dramática. Esto mismo se trasladará a los ballets que combinan danza con escenas teatrales o pantomima, como son los llamados ballets de repertorio.
Es el caso del conocido Romeo y Julieta de Shakespeare, que ha tenido múltiples y variadas interpretaciones. El primer ballet basado en esta obra se estrenó en Venecia en 1785 (música de Marescalchi y coreografía de Eusebio Luzzi). Otros compositores y coreógrafos se han inspirado en esta historia para crear sus propias versiones, pero de todas ellas quizás la más conocida es la del británico Kenneth MacMillan con música del ruso Sergei Prokofiev, estrenada en 1965 por la Royal Ballet. El día de su estreno tuvo una ovación de 40 minutos… Hoy en día sigue siendo uno de los ballets más bellos y aplaudidos.
Aquí podéis ver un interesante ensayo del enfrentamiento entre Romeo (Edward Watson) y Tibaldo (Gary Avis):
Otra versión famosa de Romeo y Julieta es la coreografiada por Jerome Robbins. El gran Leonard Bernstein compuso la música del musical West Side Story, que se estrenó en Broadway en 1957. Tras el enorme éxito fue llevada al cine cuatro años más tarde. Obtuvo nada menos que diez oscars. Las familias Capuleto y Montesco se convierten aquí en dos bandas enfrentadas: los Jets y los Sharks:
En estas versiones los actores no dejan de ser bailarines (ni los bailarines dejan de ser actores) pero, como decíamos antes, la coreografía no sólo tiene que ver con danza. Hay muy buenos coreógrafos en el cine de acción.
Escenas de luchas con espadas en películas como Los Piratas del Caribe, La Máscara del Zorro, Alatriste, El Señor de los Anillos, o Star Wars, entre muchas otras, se deben al buen hacer coreográfico de Bob Anderson, esgrimista profesional y actor británico. Por cierto, él mismo dobló el personaje de Darth Vader en varias escenas. El también británico William Hobbs colaboró en Las Amistades Peligrosas, Excalibur, Flash Gordon, El hombre de la Máscara de Hierro o Juego de Tronos.
Y si hablamos de artes marciales es Bruce Lee el que marca un antes y un después en las formas de los combates. Muchos otros “Bruces” han querido imitar su estilo pero ninguno ha podido superarlo. En este documento él mismo habla de su método de trabajo y su filosofía.
Otro interesante coreógrafo y director de numerosas películas es Yuen Woo Ping. De origen chino, estudió Kung Fu y el arte de la Ópera de Pekín. Este estilo de ópera china en la que los actores no sólo hacen teatro, sino también mimo, canto, danza y acrobacia, le ha servido para imprimir un sello especial a sus coreografías de acción. La trilogía Matrix, Tigre y Dragón o Kill Bill son sólo algunos de sus trabajos como coreógrafo.
¿Qué os parece? ¿Tiene algo de danza?
Por cierto, parece que Bruce Lee, además de desarrollar su propio estilo, el Jeet Kune Do, de estudiar la carrera de filosofía y formarse en las artes del Kung Fu, el Taichi y practicar boxeo, fue también un buen bailarín… Su hija, Shannon Lee, cuenta que su padre fue campeón de chachachá en Hong Kong.